El regreso a la presencialidad de las reuniones de la Comunidad Ipinista, bajo la modalidad de congresos, recibió el bautizo del huracán “IAN”, que justamente pasó por la Isla de Cuba y específicamente por La Habana, sede del evento, el día de la inauguración del “XXVII CONGRESO PANAMERICANO DE INGENIERÍA NAVAL”, situación, que más que una dificultad (que evidentemente lo fue), se dio como una oportunidad para compartir, para estrechar vínculos de amistad y de colegage, para demostrar nuestro espíritu de tolerancia y de darle la mejor cara al mal tiempo.
A pesar de las secuelas que dejo a su paso el huracán, como problemas en el suministro de energía eléctrica, restricción en el transporte público, entre otros, fueron superadas por la buena disposición del comité organizador, de los expositores, de los asistentes que lograron llegar a la Isla (algunos tuvieron que cancelar su viaje por cierre de aeropuertos), quienes, con apremio al tiempo, lograron ya no en dos sino en cuatro salones cubrir este evento, en el que se adelantaron tres conferencias magistrales y 41 ponencias de expositores de los países miembros del IPIN y de España.